PRESENTACIÓN

sábado 6 de marzo de 2010



Hoy, dia seis de marzo del año de gracia del dos mil diez, comienzo a editar éste blog que pretende ser un punto de encuentro entre familiares, amigos y conocidos -se prohibe expresamente la entrada a los enemigos-, todo ello con el buen deseo de cultivar aficiones literarias, políticas -incluidos los chismorreos de ésta índole-, artísticas y demás actividades que puedan interesar a la generalidad de los colaboradores y personas interesadas en éste blog.
¡Bienvenidos a todos! Y que la diosa Fortuna nos ilumine en ésta nueva tarea que con ilusión emprendemos.
ÁNGEL LARROCA DE DOLAREA

martes, 23 de noviembre de 2010

CARTA AL SR. ARZALLUS

Éste artículo, que se publicó en "Tribuna" del ABC, el día 6 de febrero de 2002 tenía como claro fundamento cachondearme del Presidente del Partido Nacionalista Vasco, Sr. Arzallus. Tuvo bastante éxito entre los lectores y se comentó mucho en la Casa Real. 

*SANCHO EL MAYOR





CARTA AL SR. ARZALLUS PRESIDENTE DEL P.N.V.





Estimado Presidente:

He leído con satisfacción, en los Medios de Comunicación, la noticia de que la Asamblea de Municipios Vascos va a homenajear a Sancho III El Mayor como “primer Rey de Euskal Herría”. Importante decisión de esa Asamblea de Municipios, ya que puede suponer el reconocimiento institucional, por parte de los ciudadanos que vuestra señoría representa, del reino de Euskadi.

Mas, la constitución de un reino independiente exige, sin lugar a dudas, el restablecimiento o la instauración de la figura de un monarca, que pueda representar a la Corona de Euskal Herría. Dicho pretendiente, para respetar el fundamento y esencia del sistema monárquico, deberá ser descendiente del gran Sancho El Mayor, y se me ocurre que puede plantearse, ante el parlamento de Euskadi, un proyecto de Ley, presentado por el Gobierno de esa Nación, en que se establezca la sucesión, a título de rey, de su jefatura. Pero como conviene dejar los asuntos “atados y bien atados”, le propongo que el proyecto de Ley sea flexible, en beneficio de los intereses de la magistratura personal que su señoría ejerce, y sin renunciar al sistema hereditario, pueda establecerse:

Que la forma política del Estado de Euskadi sea “la Monarquía tradicional, católica, social y representativa”.

Que hasta el fallecimiento de su Señoría, usted, Javier Arzallus, ostentará la Jefatura del Estado, como Caudillo de Euskal Herría y Generalísimo de los Gudaris de Euskadi.

Que en virtud de esa magistratura excepcional, por personal y vitalicia, pueda designar, en vida, sucesor, a título de rey, a persona de “estirpe regia” – No se especifique si la estirpe regia deba de ser próxima o remota por lo que más adelante le propondré -.

Que en caso de que a su fallecimiento no haya usado de la prerrogativa de designar sucesor, se nombre un Consejo del Reino de Euskal Herría, a fín de que designe la persona regia que le suceda a título de rey, compuesto por los miembros siguientes: el Presidente del Parlamento de Euskadi, el Arzobispo Monseñor Setién y el Inspector-Jefe de la Ertzainza, que asumirán temporalmente los poderes de la Jefatura de Euskal Herría.

Que el designado, antes de tomar posesión de la Corona, jure, ante el Parlamento de Euskadi, guardar y hacer guardar fielmente las enseñanzas de nuestro Gran Padre: Sabino Arana.

Pues bien, como sabe su Excelencia, Sancho Garcés III, conocido como Sancho El Mayor, fue Rey de Pamplona, de Aragón y del territorio de Sobrarbe-Ribagorza y por su testamento – con el sentido patrimonial de la época – repartió sus territorios entre sus hijos. Así, al ruin García, el primogénito de los hermanos, le legó el reino de Pamplona; Fernando adquirió, a través de su madre, la Condesa castellana Mayor, el condado de Castilla; Ramiro, el más noble de los hermanos, obtuvo el condado de Aragón y al pequeño, Gonzalo, se le adjudicó el territorio de Sobrarbe- Ribagorza.

Mas todos los hijos de Sancho, a excepción de Ramiro, fueron indignos de obtener sus respectivos legados, ya que cuéntase en la leyenda que acusaron a su madre, doña Mayor, de adúltera, con el sólo fin de considerar al Rey Ramiro: ilegítimo. Mas éste, sagaz y valeroso, “se ofreció a batirse contra cualquier hombre en defensa de la Reina”, con lo que logró el restablecimiento del honor de doña Mayor.

Al noble de Don Ramiro le sucedieron, por orden cronológico hasta el siglo XIII, Don Pedro I (1044-1104); Don Alfonso I, hermano del anterior (1104-1134); Don Ramiro II el Monje (1134-1137), que aceptó la Corona y contrajo matrimonio con Inés de Aquitania, exclusivamente por razones de estado. Fruto de este matrimonio, sucedió en la Corona al Monje, Doña Petronila (1137-1164), que casó con Ramón Berenguer IV, Conde de Barcelona, a la que sucedió Alfonso II el Casto (1164-1196); Pedro I (1196-1213) y a éste último, Don Jaime I (1213-1276).

Con ocasión de entrevistarse el Rey don Jaime con el Rey de Castilla, se hospedó, en el valle del Murguía a orillas del Zadorra, en la casa o torre de un pariente suyo, Don Fortún Saez de Salcedo, Señor de Ayala, y del linaje de los condes de Castelby y de los reyes de Navarra y de Aragón; contaba como ascendientes a Fernán González, Señor de Álava y primer Conde de Castilla; Sancho el Mayor y Ramiro I de Aragón. Era jefe del bando oñacino y Pariente Mayor en aquellas tierras alavesas y andaba siempre a la guerra con el Señor de Ulivani-Gamboa; cabeza del bando que de ésta última tomaba nombre.

Luego de almorzar, mandó Don Fortún, saliesen sus hijos a escaramucear; y más que escaramuza, hubo de ser la contienda con los gamboinos, a quienes pusieron en fuga; que caían las panelas u hojas de roble “blancas del polvo del camino, sobre el suelo tinto en sangre; y otras, teñidas también de ésta, cayeron sobre el Zadorra”, por lo que unas y otras vinieron a formar los cuarteles de las armas que el Rey diera a Juan, el menor de los hijos de Don Fortún, y más distinguido en el combate, a tiempo que le decía: “Zu zarate one ena”, que significa en euskera: “de la Casa eres el mejor”.

Y desde entonces Juan Ortiz, añadió a este patronímico el Zárate que Don Jaime le diera y tierra de Zárate se llamó la de su lugar.

Descendiente directo de ese valeroso y de “estirpe regia”, Don Juan Ortiz de Zárate, es la persona que ha tenido el atrevimiento de dirigirse, mediante esta misiva, a su Excelencia. Y pienso..., que dado que ha tenido el buen criterio de homenajear a Sancho el Mayor como primer rey de Euskal Herría, pudiera ser motivo justificado para la instauración de la Corona de Euskal Herría en la persona de un descendiente como el que suscribe, ya que tiene las condiciones necesarias para sucederle a título de Rey: estirpe regia, bastante remota; pero al fin y al cabo “estirpe regia”.

Y una vez ostentada tan magna magistratura y para se fiel a la Historia, como la Junta General de Guipúzcoa o la alavesa cofradía de Arriaga y ser también fiel a mis antepasados oñacinos, señores de Ayala, ofreceré mi reino para siempre a Juan Carlos I: Rey de Castilla, de Aragón, de León-Asturias, de Granada; Rey de Valencia y de Cerdeña, de Galicia, de Jerusalén, de las dos Sicilias y de Toledo; Rey de Mallorca y de Menorca, de Sevilla, de Córdoba y de Córcega, de Murcia, de Jaén, de los Algarbes, de Algeciras, de las Islas Canarias, de las Indias Occidentales y del Continente Oceánico; Conde de Barcelona, Archiduque de Austria, Duque de Borgoña, de Brabante, de Milán y de Atenas; Conde de Besalú, del Rosellón y de Urgel; de Habsburgo, de Flandes y del Tirol; Vizconde de Ager; Soberano Gran Maestre de la Insigne Orden del Toisón de Oro, y de las Órdenes Militares de Santiago, Calatrava, Alcántara y Montesa y así añadirá a los anteriores títulos los de Rey de Navarra y Señor de Vizcaya y de Álava.





















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