SOBRE MARCELINO CAMACHO
Ha fallecido Marcelino Camacho, y como con casi todos los fallecidos se han loado supuestas virtudes que yo no comparto. Como tampoco comparto la presencia de su Alteza Real el Príncipe de Asturias en su velatorio.
Bien es cierto, que Marcelino Camacho luchó denodadamente contra el régimen del General Franco, pero no es menos cierto que no lo hizo con la ambición de aportar a nuestra nación un conjunto de haces libertadoras, sino que, y nunca mejor dicho, su conducta fue a dos haces; es decir, con segunda intención, ya que su pretensión no era ni más ni menos que implantar su ideología política, que no era otra que el Comunismo; la ideología más asesina del siglo XX. Con más de cien millones de asesinatos a sus espaldas.
Nunca fui partidario de la legalización del Partido Comunista, como tampoco lo soy de la legalización de un partido nazi. Se hizo, y consta en el debe de la UCD, y fue por la oportunidad política de dividir a la izquierda y obtener los resultados electorales que se obtuvieron en ese momento. A mi me gustaría ser como el político inglés, ejemplo de demócrata sin fisuras, que dijo: - “Odio lo que dice esa persona, pero daría mi vida por mantener que lo siga diciendo”, pero reconozco que mi concepción democrática, como la de todos los españoles, no llega a tanto, y es por ello por lo que critico la presencia de los comunistas en nuestros parlamentos. Siempre digo de éstos que antes de que se atrevan a hablar, deberían pedir perdón por las conductas de sus ideólogos y gerifaltes y renegar públicamente de sus principios.
Europa y el Mundo en general han sido muy benévolos con ellos. Desconozco cuál ha sido la causa. Quizá el triunfo de la URRS, junto a los aliados en la segunda guerra mundial. O tal vez actitudes extremas, como la que representaban el senador McCarthy o los partidarios acérrimos del General Franco que consideraban comunista a todos aquellos que no compartían sus ideas. Flaco favor hicieron a la condena de ese régimen, ya que frivolizando sobre el mismo lo único que consiguieron fue devaluar la propia censura.
Chinchón, 2 de noviembre de 2010.
Ángel Larroca de Dolarea
No hay comentarios:
Publicar un comentario