JOSÉ VEGA OSSORIO
El viernes 30 he perdido, de forma trágica, a un gran amigo y España ha perdido un gran Pintor; Premio Blanco y Negro de pintura, premio BMW, ganador de diversos certámenes de Extremadura y otras muchas laureadas conseguidas en su carrera artística.He recordado nuestra juventud, nuestra alocada y divertida vida de los años sesenta, cuando en las Navidades nos íbamos a la finca de su padre, cercana a Hervás, a cazar y según nuestro optimismo, propio de nuestros años, a comer de la caza. Menos mal que había gentiles caseros que nos atendían gastronómicamente y no llegamos a pasar hambre. Pero frío: todo. En una casa campestre con columnas romanas y el arco de Cáparra, como puerta de entrada a la finca. Estábamos encima de un antigua ciudad romana y rodeados de Historia. Allí comenzaste a pintar y allí aprendiste a cazar, porque eras un magnífico tirador. Después nuestras andanzas y tu primer estudio, donde aprendí contigo lo poco que sé de pintura. Entonces me enseñaste a distinguir lo bueno de lo impresentable, lecciones que continuaron cuando te nombré miembro del Jurado del Certamen de Pintura de Puente de Ventas y me decías con absoluta naturalidad: -¡Ángel! No has cambiado nada. Porqué iba a cambiar. No lo hiciste tú, consagrandote como un gran pintor, porque lo iba hacer un paupérrimo concejal del Distrito de Salamanca. Te has ido de repente, dejando algo de huérfanos a tus numerosos hermanos y amigos y a eso Pepe: no hay derecho. Pero seguirás en nuestra memoria, en nuestros recuerdos, en nuestras vidas. Te deseo de todo corazón que hayas encontrado la paz, que tal vez no encontraste en esta vida. Nos veremos, cuando nos llegue la hora y nuestras mujeres seguirán protestando por volver a escuchar las anécdotas que han escuchado miles de veces. Pero erre que erre, nosotros seguiremos. Un abrazo fuerte de tu siempre amigo, Ángel
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