PRESENTACIÓN

sábado 6 de marzo de 2010



Hoy, dia seis de marzo del año de gracia del dos mil diez, comienzo a editar éste blog que pretende ser un punto de encuentro entre familiares, amigos y conocidos -se prohibe expresamente la entrada a los enemigos-, todo ello con el buen deseo de cultivar aficiones literarias, políticas -incluidos los chismorreos de ésta índole-, artísticas y demás actividades que puedan interesar a la generalidad de los colaboradores y personas interesadas en éste blog.
¡Bienvenidos a todos! Y que la diosa Fortuna nos ilumine en ésta nueva tarea que con ilusión emprendemos.
ÁNGEL LARROCA DE DOLAREA

martes, 25 de enero de 2011

GARBANZOS CON BOGAVANTE

O

POTAJE DE VIGILIA CON TROPEZONES DE LEGUMBRES, LANGOSTINOS, CAYENA, SOBRE UNA BASE DE SOPA VASCA Y BAJO UNA PAREJA DE BOGAVANTES


A mi querida amiga Carmina para que se de cuenta que mi sapiencia da para todo, incluso para meterme a cocinilla. Le dedico esta receta con todo cariño y deseando que pronto la pueda tomar totalmente recuperada de su peqeña dolencia. Un abrazo, ÁNGEL

INGREDIENTES PARA SEIS PERSONAS:




2 Bogavantes –como su propio nombre indica.

1. K y ½ de garbanzos –como también su propio nombre indica.

1.K. de langostinos – pueden ser congelados.

½ K. de mejillones.

½ K. de chirlas.

6 cayenitas – como indica el nombre del potaje.

4 zanahorias medianas.

1 cebolla grande – de las que te hacen llorar.

4 dientes de ajo – naturalmente finos y de Chinchón.

Poco de sal.

Poco de pan rayado

2 vasos de agua de aceite de oliva de la Cooperativa Virgen del Rosario de Chinchón.

Agua reservada para cuando se necesite.



CONFECCIÓN ESMERADA.

La noche anterior se colocan los garbanzos en una olla con agua.

El día de la confección en una olla, con un poco de agua y una vez limpiados, se cuecen, al vapor los mejillones y las chirlas. Una vez que se abren se retiran de la olla y se reservan. El líquido de los mismos también se reserva en un recipiente.

Una vez limpia la olla anterior se coloca agua del grifo, en abundancia, para cocer los langostinos. La forma de cocción es dejar cocer el agua y se van introduciendo los langostino. Una vez que vuelven a cocer se espera 1´y ½´ y se retiran de la olla a un plato cercano. Cocidos todos se pelan y las cabezas y las cáscaras se vuelven a introducir en la olla. Así se dejan cocer, añadiendo algo de agua durante bastante tiempo. A esa agua se le añade, pasada por el colador, el agua de los mejillones y las chirlas.

Simultáneamente a estas operaciones se prepara una cazuela con aceite de Chinchón. Con anterioridad se han partido en trozos finos la cebolla, las zanahorias y los dientes de ajo. Se van introduciendo en la cazuela la cebolla muy picadita, después la zanahoria y por último los dientes de ajo y las 6 cayenitas. Una vez debidamente fritas se retiran a una túrmix y se añade un poco del líquido de la cocción de los langostinos para ser trituradas. Terminada la función se introducen en una gran olla para seis comensales mínimo.

En la cazuela, con el aceite, se fríen las cabezas y las cáscaras, apretando de vez en cuando con una cuchara de madera. Una vez fritas se introducen en la túrmix, con un poco de agua de la cocción y se trituran. El líquido pastoso se introduce en la olla grande pasado naturalmente por un colador. Al líquido de cocción de los langostinos se le añaden los bogavantes para que se cuezan durante veinticinco minutos. Una vez cocidos se introducen en la olla grande y se añade el agua de cocción, pasada por el colador. También se añaden el 1K. y ½ de garbanzos y se dejan cocer a fuego lento durante 1 Y ½ o 2 horas.

Tenéis que cuidar la sal, ojo probarlo de vez en cuando. Son aproximadamente 70 gr. de sal por cada litro de agua.










domingo, 16 de enero de 2011

¿PRIMARIAS EN LA LEY DE PARTIDOS POLÍTICOS?

Ahora se le llena la boca a todo el mundo sobre el ejercicio de democracia interna en los Partidos. ¿Lo quiere ahora Paco Álvarez Cascos? Pues cuando fue Secretario General del Partido no dijo ni hizo nada por fomentarlas. También Esperanza Aguirre y los suyos han estado preconizando dicho sistema como una novedad, pero tampoco han hecho nada por fomentar las primarias. El único que ha hablado en serio sobre las "primarias" es el que suscribe, y lo hizo hace más de catorce años y consta en las hemerotecas, concretamente en "Tribuna Abierta" del diario ABC del 11 de mayo de 1998. Dicho sistema debería constar como obligatorio en la Ley de Partidos Políticos, pero para ello se necesita la voluntad indubitada de los dos principales partidos, y no parece que estén por la labor.




¿PRIMARIAS EN LA LEY DE PARTIDOS POLÍTICOS?


Hace más de dos años escribí un artículo instando la modificación de la Ley de Partidos Políticos. Manifestaba en el mismo la conveniencia de que, para la elaboración de las listas electorales, se debiera exigir a los partidos políticos la asamblea de la totalidad de sus afiliados. Era en definitiva una apuesta por lo que hoy conocemos como “primarias” o previas a la presentación de candidato al electorado municipal, autonómico o nacional.

El tema ha sido puesto en el candelero de la actualidad política por el Partido Socialista y ha despertado un gran interés, no sólo en los responsables de los medios de comunicación, sino entre figuras destacadas de las diversas opciones políticas que han mostrado cierta conformidad o al menos preocupación sensible al sistema.

Hay que censurar, por el contrario, al Partido Socialista que de manera frecuente muestra unos criterios cuando está en la oposición y otros muy distintos cuando ejerce funciones de gobierno. Tampoco estoy convencido de que mantenga el criterio de realizar primarias en aquellos sitios donde gobierna. Tuvo oportunidad de hacerlo cuando obtuvo, durante muchos años, la mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados y la tiene hoy, desde la oposición, presentando la oportuna proposición de ley. Piénsese que aunque carezca, por sí solo, de la mayoría necesaria en el Congreso para llevarla a buen fin, tendría, sin duda, el respaldo generalizado de la opinión pública y con él, el de otras fuerzas políticas parlamentarias.

Ahora bien, ¿quieren los dirigentes de los partidos políticos este novedoso e ilusionante sistema a nivel legislativo? Me temo que no. Una cosa es plantearlo ocasionalmente y por razones, si se quiere, de oportunidad política y otra muy distinta que estén dispuestos a plasmarlo normativamente y con carácter obligatorio.

Aunque los partidos políticos son piezas fundamentales del estado social y democrático de derecho en el que se constituye la Nación española y deben acomodar su comportamiento, por imperativo legal, a un funcionamiento de socrático, la experiencia nos demuestra que tal obligación, obvia y necesaria, se elude con más frecuencia de lo que sería deseable. No debemos contribuir a convertir los partidos en oligarquías políticas, debemos evitar que las personas que han llegado a su dirección los consideren como cosa propia manejable a su antojo y fidelidad. Deben ser, como dice nuestra Constitución, el instrumento fundamental para la participación política y cauce para la formación y manifestación de la voluntad popular.

Para cualquier jurista es inimaginable pensar que en cualquier asociación humana se tomen las grandes decisiones sin la convocatoria y anuencia de sus miembros. Por tanto, me parece de derecho natural que se convoque a la militancia de los partidos para decidir qué personas han de representarles en unas elecciones. Tienen los políticos – como diría Rousseau – la obligación de descubrir la ley, que no crearla a su voluntad, porque descubrir supone encontrar lo que estaba ignorado o escondido, mientras que crear es producir algo de la nada. Eugenio Vegas Latapié, en su discurso de ingreso en la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, haciendo referencia a este pensamiento rusoniano decía: “Newton descubrió sin duda la ley de la gravitación universal, pero no puede decirse que la creó. Existía desde que el mundo es mundo…”. Lo creado va aparejado a lo artificial, mientras que lo descubierto va íntimamente unido a lo natural.

Descubramos, pues, la necesidad de modificar la actual ley de 4 de diciembre de 1978 de Partidos Políticos; esa norma excesivamente escueta- consta de seis artículos, una disposición transitoria y dos finales .- que no cumple , a mi juicio, , las necesidades que la sociedad actual reclama. Impongamos a los partidos políticos unos modos de actuar más democráticos. Exijámoslos la convocatoria de asambleas de afiliados para la elaboración de las listas de los que nos han de representar en unas elecciones. Fomentemos la participación de directores políticos sin que ello produzca posteriores consecuencias traumáticas; el vencido no es un adversario, es un compañero de afiliación que tuvo derecho a presentar su opción política y no merece, por el hecho de no haber obtenido la victoria, la defenestración política; pero admitamos con lealtad el triunfo del compañero. Seamos conscientes de la necesidad de una pluralidad ideológica en el seno de los diferentes partidos.

Mucho nos queda por andar en este sendero democrático, admitamos con naturalidad estos básicos derechos de los militantes que aportarán además diversas ventajas: la primera de ellas es que habría una mayor participación del ciudadano en la cosa pública, a través de la afiliación al partido que más se aproxime a su convicción. La segunda de ellas, es que se produciría más confianza en el electorado, puesto que si no quieren militar en un partido, al menos, sabrán que los candidatos han sido elegidos por un importante número de ciudadanos que los conocen. Y la tercera, que no se le escapa a nadie, es que mediante esta participación para elegir a los candidatos, aumentaría el número de afiliaciones y, por consiguiente, mejoraría la tan necesaria financiación de los partidos.


Pero dispuestos a modificar la Ley de Partidos Políticos, se podrían introducir otras tan importantes como la expuesta. La actual Ley establece la condición de depositar los estatutos de los mismos en el registro que al efecto existe en el Ministerio del Interior, pero dicha medida cautelar obedece más a la posibilidad de negarles personalidad jurídica porque se puedan deducir indicios de ilicitud penal en los fines del partido, que a la mera conveniencia de la publicación de las normas por las que se rige. Es fundamental para la protección de los derechos de los afiliados la inscripción y publicación de las normas estatutarias de los partidos.

A los efectos de la protección de los derechos de los militantes será conveniente la creación de un procedimiento judicial sumario que pudiera revisar las resoluciones antijurídicas que se produzcan dentro del seno de los partidos, con posibilidad cautelar de suspenderlas en garantía del derecho del impugnante.


Los Comités de Disciplina deberán ser órganos independientes de los ejecutivos. Podrían asumir la resolución previa de los recursos que se presenten antes de acudir a la jurisdicción ordinaria. Sería necesario que sus miembros fueran elegidos directamente por los afiliados y sus componentes, para una indispensable independencia, no pudieran ostentar cargos electos.

La elección de los cargos directivos del ejecutivo se tendría que realizar también en Asamblea de Afiliados y nunca mediante el sistema de compromisarios. Deberían ser elegidos mediante un sistema de listas abiertas o bajo un sistema mixto en las que los candidatos en lista cerrada sean menos que los que se presenten por listas abiertas.

No deberá permitirse ninguna norma estatutaria que limite la libertad de expresión, sin perjuicio de las responsabilidades penales o civiles en las que puedan incurrir aquellos afiliados que se extralimiten en sus declaraciones. Estos apuntes y otros más se pueden plantear sobre estos temas y que son, a mi entender, necesarias modificaciones de una ley que establece el cauce y manifestación de la opinión pública. En manos de los partidos queda la posible regulación. Esperemos de ellos que sepan estar a la altura de las circunstancias.




NOTA DEL AUTOR

A más de 12 años de la publicación de éste articulo no se ve voluntad política en ninguno de los principales partidos para involucrarse en la democratización de sus normas internas porque, en definitiva, del ciudadano lo único que les interesa es que cada cuatro años introduzcan el nombre de su opción política en las urnas electorales.

ÁNGEL LARROCA.


martes, 11 de enero de 2011

EL TUNEL DE SERRANO

Añadir leyenda
   Ángel Larroca vestido de Concejal de Madrid

Se ha inaugurado en parte la remodelación de la calle Serrano.


El primer proyecto de remodelación de esa calle, que consistía en la construcción de un túnel desde la calle María de Molina hasta la plaza de la Independencia, fue de un humilde Presidente de Junta Municipal, llamado Ángel Larroca; es decir, del que suscribe. Y por humilde o, probablemente, por ser simple Presidente de Junta Municipal, el ideólogo del proyecto, no se ejecutó éste en su debido momento.

La idea surgió cuando el Alcalde, José María Álvarez del Manzano, delegó en mi persona la Presidencia de la Junta Municipal del distrito de Salamanca, entre los años 1991-1995. Añoraba yo recuerdos infantiles de un vecino, de dicho distrito, que se sentaba en el bulevar existente en dicha calle, con mi padre, consumiendo una bebida novedosa e importada de Estados Unidos, denominada Coca-Cola.

Cuando con el asesoramiento de los técnicos de la Junta Municipal tuve un preproyecto, estuve dudando entre consultar con el Alcalde o lanzarme directamente a difundir públicamente la idea. Llegué a la conclusión de que si consultaba con José María el proyecto no se realizaría nunca, no porque a éste no le pudiera gustar la idea, sino porque tuvo la virtud de delegar sus funciones entre los miembros de la lista de sus concejales, y yo no era el responsable de Obras e Infraestructuras. Pude consultar con el administrador de esa Área, pero si lo hacía se habría convertido en su proyecto y no en el mío. Y no lo hice porque medité filosóficamente cuales son los motivos que llevan a una persona normal a dedicarse a una actividad que produce frecuentemente muchos disgustos y que se llama política, y llegué a la conclusión de que son muy diversos: servicio a la comunidad, ambición política, renombre, y para algún que otro indeseable ambición económica. Descartado por mí este último motivo, justificaban los tres restantes el fundamento de mi inclusión en esa actividad anormal y me preguntaba del por qué, en los partidos políticos, se justificaba exclusivamente esa legítima ambición en la persona que lleva el número uno de la lista; pero lo más grave es que el que ha tenido ese privilegio, no tiene el menor sonrojo en espectarte, que: - “Aquí no hay más ambición que la mía”. Y los demás a tragar. En definitiva, un sentido patrimonial del cargo, que debería desaparecer.

Pues bien, sin encomendarme ni al Alcalde ni al Diablo, un día que se estaba exponiendo a la Prensa algunas importantes obras del Campo de las Naciones, en un apartado, comuniqué a los periodistas el proyecto. Naturalmente se hicieron eco de él todos los medios de comunicación. La idea gustó, y llegó a decirme el responsable de Urbanismo, Ignacio Echeverría: - Oye, Ángel... Todo el mundo me pregunta por el túnel de Serrano. Vamos a tener que hacerlo. No sé si Nacho exageró su consulta, pero lo que sí es cierto es que el primer Teniente de Alcalde, Luis María Huete, en alguna de las encuestas que encargó, le dio como resultado que la obra preferida por los madrileños era el túnel de Serrano, por encima de la remodelación de la plaza de Oriente.

El Alcalde, desechadas ciertas reticencias, me apoyó en el proyecto y lo digo con absoluta objetividad, ya que no le debo más lealtad que la que se produce por la antigua amistad entre su padre y el mío, que estuvieron destinados juntos en la Abogacía del Estado de la entonces Dirección General del Tesoro Público y Clases Pasivas, e intentó poner en marcha una Comisión al efecto, que se reunió un par de veces, y que terminó por desaparecer porque el responsable del Área no estaba interesado en la obra. Y pasado el tiempo, tengo que reconocer que la actitud de José María le enaltece porque tenía la obligación de delegar sus funciones en sus concejales y lo quiso, y las delegó, con todas sus consecuencias, y yo no era el responsable de Obras e Infraestructuras.

Mucho había cambiado esa calle de Serrano desde los años 50 y mucho más desde que la diseñó el malagueño José de Salamanca y Mayol, Marqués de Salamanca y Conde de los LLanos. De salir y entrar de los edificios situados en ella: calesas, tílburis, landós e incluso coches de punto, con sus caballos enjaezados al mejor y competitivo lujo a tronar y humear entre los zaguanes los tubos de escape de impresionantes automóviles importados de Alemania, Italia, Reino Unido, Francia y Estados Unidos. Esas joyas automovilísticas, de antaño, hicieron incompatible su presencia con el confort y tranquilidad de un bulevar. Y éste, un mal día desapareció.

A partir de los años 60 se produce el antecedente de lo que hoy representa esa zona; grandes firmas comerciales establecen sus sedes en la calle Serrano y comienza a identificarse la misma como el eje comercial más distinguido de la Capital. Serrano es todavía, en esa época, centro de reunión y entretenimiento de la gente joven, los denominados “Niños de Serrano” que en los pocos bares que quedaban entonces, hacían ostentación de riqueza o aristocracia con frases tales como: - “No te doy la mano porque me huele a volante” o – “Esta mañana he coronado Perdices a 120 con el Lincol verde del abuelo” o, para pedir fuego, lo solicitaban diciendo: - “Maruuucha ¿Me incineras el cilindrín?” Hay que aclarar, para defender la honestidad y buenas maneras de esos “niños”, que la frase se dirigía a Marucha sin ninguna doble intención. Era también frecuente saludar a las amistades femeninas de la siguiente guisa: - “Os quiero a todas, menos a ti mooonstruo”. Naturalmente, la “mooonstruo” era la niña de sus ojos.

En estos años, la calle de Serrano es la columna vertebral de un gran centro comercial, a la que afluyen, desde la calle de Diego de León hasta la calle de Alcalá, numerosas vías en las que se han instalado potentísimos comercios. Ya no es sólo la calle Serrano el gran centro comercial. Su influencia se ha extendido prácticamente hasta la calle del Príncipe de Vergara y ello requiere un tratamiento urbanístico singular que parta de la idea de recuperar la calle para el viandante; con el objeto de que disfrute paseando alrededor de esos comercios, lo que no debe suponer, en ningún caso, la absoluta peatonalización de la misma.

El proyecto del túnel transcurriría, como he dicho anteriormente, desde la calle de Diego de León hasta la calle de Villanueva y estaba proyectado para ubicar diferentes plantas en las que se hicieran compatibles la circulación, el aparcamiento e incluso los almacenes de las diferentes tiendas que en la vía pública existiesen. Respecto al tránsito rodado, el túnel debería encauzar la circulación de norte a sur, en vía de imposible supresión. La necesidad de aparcamiento subterráneo en la zona es esencial para el residente, en un sentido amplio del concepto; debería conceptuarse como tal no solamente a la persona física vecina del entorno, sino también al comerciante, para la utilización del aparcamiento de sus empleados y clientes. La conexión subterránea de espacios, para almacenar, con las tiendas existentes en la superficie, permitiría aumentar los metros cuadrados de exposición y venta de las mismas, y con ello la facilidad de financiación del propio túnel.

El túnel tendría que ser proyectado en consonancia a la zona donde transcurriría, por lo que no podría ejecutarse con mentalidad convencional, sino apostar por conciliar la utilidad y el arte; los mejores escultores deberían ser convocados para diseñar su entrada y salida, y los más prestigiosos urbanistas para remodelar su superficie, que debería proyectarse con la estrictamente necesaria circulación de vehículos.

Pero ésta no es mi remodelación, adiós al túnel. El proyecto me parece pobre y carente de ambición. No sé si el pliego de condiciones limitó las posibilidades de los proyectistas, pero creo que se ha perdido una importante oportunidad de crear un gran centro comercial al aire libre para disfrute de los madrileños y de los que nos visiten, incluidos los ecologistas que quieran sentarse en las terrazas de los bares vestidos de Federico Martín Bahamontes.

                                          C/ Serrano a principios del S.XX










domingo, 2 de enero de 2011

LA RABIETA DE CASCOS

Paco Álvarez Cascos se ha cogido una rabieta y se ha dado de baja del Partido donde ha militado toda su vida. Bueno, tampoco era tan antiguo. Solamente desde 1989. Hay muchos que le llevamos varios trienios. Probablementen haya sido su primera contradicción política el hecho de no poder presentarse como candidato del PP al Principado de Asturias. Paco era querido y odiado entre los militantes de Alianaza Popular de Asturias. Porque realmente la popular y verdadera trabajadora en el Partido fue su primera mujer y al separarse de ella obtuvo una gran contestación de la milicia aliancista asturiana. Pero que esa rabieta hubiera provenido de un advenedizo ucedero o un paniaguado liberal, lo puedo comprender. Pero de un militante procedente de Alianza Popular, eso no lo admito y menos admito el que haya realizado declaraciones públicas en perjuicio de los presumibles buenos resultados electorales que se avecinan. Hay que dejar entrar a otras generaciones. Ya estamos mayores, querido Paco, y no estamos ejerciendo la política en paises estatalistas del este de europa. Deja el agua correr y que sean nuevas generaciones las que ocupen nuevos puestos de responsabilidad, puesto que si no lo hacemos así, nos llamarán jocosamente: "jóvenes promesas".
Bienvenido a la excedencia política.

ÁNGEL LARROCA